Editorial
Hasta que se seque el Duero
Como somos animales de costumbres, hace tiempo que las cifras no parecen hacer efecto en casi nadie, especialmente, si son malas. Ahí radica la perversión de las estadísticas porque el sentir personal y el colectivo se protegen de la negatividad encogiéndose de hombros. Si a ello se añade la resignación,…
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