Las noticias no pueden ser más desalentadoras. Lo contaba La Opinión-El Correo con pelos y señales. «Medio centenar de empresas y autónomos cierran tras el confinamiento». No habíamos contado con este «confinamiento»: el de la economía que en Zamora es precaria, es pobre de solemnidad, a la que no se buscan soluciones y cuando se hace siempre hay alguien que se descuelga, siempre hay alguien que pone piedrecitas en el camino, siempre hay alguien que no se da por enterado, siempre hay alguien que pasa olímpicamente. La realidad nos asfixia, nos mata lentamente, pero nos mata, y una vez muertos, al no haber vida, tampoco hay esperanza.
Fechas pasadas, Zamora 10 urgía a los parlamentarios de la provincia acelerar el proyecto de Monte la Reina «ante la extrema gravedad del escenario económico y social en la que se encuentra la provincia de Zamora». Parece que los parlamentarios de esta tierra fueran ajenos a la grave realidad que estamos padeciendo. Menos pasearse y hacerse fotos con los jerifaltes de Madrid y más arrimar el hombro. Ya estamos más que hartos los zamoranos de que vengan a mirarse el ombligo, hacerse la foto, decir cuatro chorradas y, luego, si te he visto no me acuerdo. Y es que de Zamora se acuerdan menos que de Soria.
Parece que todos los problemas económicos y sociales de Zamora pasan por la vuelta a la vida de Monte la Reina, servidora, como los sesudos señores de Zamora 10, también cree que Zamora necesita a los militares. Tan denostados por sectores ciudadanos muy concretos y tan necesarios siempre. Querer encomendarles la salvación de Zamora me parece una responsabilidad enorme. Eso es lo que se pretende de ellos sin ir más allá cuando se hace necesario pensar en lo que representan, en hacer normal su presencia para los menesteres que los militares llevan a cabo.
¿Qué le pasa al PSOE zamorano que se desmarca de todo? Ni lo que pretendía Martín Pozo arrogándose ella solita el éxito de la futura, en el aire, vuelta de los militares, ni este pasotismo actual de Antidio Fagúndez. Nuestra economía, nuestra ciudad y provincia, están en la UCI. De nosotros depende salir en bien y recuperados o de allí al camposanto. Si los zamoranos fuéramos más reivindicativos y todos los días organizáramos una asonada pacífica ante las instituciones y los partidos políticos, con presencia de medios nacionales que estarían encantados de participar, ya vería usted cómo movían el culo, en lugar de calentar tontamente el escaño en Madrid y en Valladolid. Zamora necesita a los militares, mucho más que a sus políticos, al grito de ¡ya!
(Fuente: La Opinión de Zamora).
FROMAGO, por Fernando Fregeneda Chico, Socio Gerente en Quesería la Antigua
El origen del queso es incierto y aún sigue sin saberse con exactitud ni cuándo ni dónde c…