
Por Fernando L. Bordell
Estábamos preparando este artículo sobre el Centro de Arte Contemporáneo Baltasar Lobo, cuando el domingo, día 14 de febrero, la Opinión El Correo de Zamora, publicó el de la Asociación Amigos de Baltasar Lobo.
Como esta Asociación se ha caracterizado desde sus inicios por su rigor y un exquisito planteamiento de sus argumentos, enfocados siempre en la búsqueda de la mejor solución, no podemos sino apoyar los nuestros en tan sólida base.
En referencia a la decisión del equipo municipal del Ayuntamiento de Zamora de albergar la ingente obra de Baltasar Lobo en el edificio del ayuntamiento viejo, esta Asociación argumenta en contra con puntualizaciones demoledoras:
“Un edificio que contará, según el Catastro de Zamora, con una superficie útil de 612 m2. (recuérdese que el proyecto de Rafael Moneo en el Castillo de Zamora, preveía una superficie de 2.500 m2). De estos raquíticos 612 m2, a la exposición permanente se destinarán 318 m2, a las muestras temporales, 75 m2, almacén, 70 m2 (aquí recordamos que el legado existente en el Museo Provincial es de más de 600 piezas). ¡Ah y una terraza!”
Sólo con leer estas cifras aportadas por la Asociación ya te entra el desasosiego o quizás la risa si no fuera este un tema de tanta importancia para la ciudad. ¡Qué altura de miras! ¡Qué visión de futuro!
Sin duda este equipo de gobierno peca de una evidente falta de ambición en el planteamiento y ejecución de proyectos (ejemplos tenemos). Pareciera que están tan pegados al suelo que no son capaces de estirar siquiera un poco el cuello para ver las cosas de la ciudad con un poco de perspectiva. Y ya sabemos de sobra en Zamora que la falta de ambición se paga más pronto que tarde.
El proyecto municipal, todos lo sabemos menos ellos, está condenado de antemano a ser otro parche más en el desgraciado acontecer del legado de Baltasar Lobo. Otras ciudades con menos elementos de partida, han demostrado que la buena cultura es rentable, tanto emocional como económicamente. (Tenemos decenas de ejemplos de ciudades que han invertido con ambición en proyectos originales y los resultados económicos son muy provechosos. También, por el contrario, existen ciudades en las que se han realizado proyectos sin la suficiente base profesional, sin criterios eficaces, en las que se ha fracasado estrepitosamente)
Por todas estas razones, desde Zamora 10, exigimos un proyecto mucho más ambicioso, extraordinario, que parta de un mayoritario consenso ciudadano y profesional, que nos asombre por su rotundidad. Un Centro de Arte que dinamice la ciudad, que atraiga visitantes, que eleve nuestro nivel cultural con grandes exposiciones, que haga, en fin, justicia al legado de Baltasar Lobo y sitúe su obra a la altura internacional que su genialidad merece.
Cuando más de 150 personas de diferentes sensibilidades políticas, profesiones y edades se posicionan detrás de la idea de conseguir los mejores proyectos para dinamizar Zamora y conseguir sacarla del letargo económico-social en que se haya inmersa, no pueden estar equivocadas. Y no pueden estar equivocadas porque sus conclusiones y propuestas son consecuencia de una larga meditación y de una valoración de pros y contras; todo ello avalado por la garantía de que son profesionales de reconocida valía dentro de sus campos de actuación.
Estas personas, reunidas bajo el paraguas de Zamora 10 no buscan recompensas económicas ni sociales, no buscan protagonismo ni esperan cargos políticos. Trabajan con el único propósito de mejorar el presente y el futuro de una ciudad y provincia que agoniza por la inacción de las diferentes fuerzas políticas que han pasado por las instituciones locales, regionales y nacionales que se han caracterizado por un común mirar para otro lado en lo referente a Zamora
En el artículo de la Asociación Amigos de Baltasar Lobo, precisamente se hace referencia a la falta de diálogo institucional, con una pregunta que no deja de asombrarnos “¿porqué la colaboración institucional es más difícil en Zamora que en otras ciudades”?
Y es ciertamente incomprensible que nadie del actual equipo municipal haya iniciado ningún acercamiento con las otras instituciones públicas, (para el lector menos informado, hemos de apuntar que el Ayuntamiento de Zamora es la única institución presente en el Patronato de Baltasar Lobo, además de titular de la obra), buscando ideas consensuadas cuando, además, es mucho más práctico y económico prorratear los gastos y las responsabilidades, dando entrada en el Patronato a quien puede aportar conocimiento, experiencia y dinero.
Miembros de Zamora 10 estábamos presentes cuando el diputado de Cultura ofreció “todo el esfuerzo necesario por parte de la Diputación Provincial para llevar a cabo un Centro Baltasar Lobo”.
También estábamos presentes cuando fuimos invitados a conversar con el entonces máximo representante del Consejo Consultivo de la Junta de Castilla y León y sondearle acerca de su disposición a ceder espacios de su edificio para la colocación de obras de Lobo. Conversación muy positiva, por cierto.
Con estos ofrecimientos sobre la mesa, ¿alguien ha dado un paso al frente para un acercamiento en la búsqueda de un proyecto común? ¿Alguien no quiere en modo alguno compartir el Patronato con otras Instituciones? ¿Nos merecemos los zamoranos esta desidia y apatía?
La experiencia nos dice claramente que cuando varias instituciones se sientan a hablar, a pensar juntas en proyectos, las opciones que se presentan son muchas: existe el mecenazgo, el préstamo, el cambio de titularidad, las fundaciones… mil maneras de hacer un frente común en pos de un bien superior.
Desde Zamora 10 siempre hemos abogado por el espacio del Consejo Consultivo para albergar el Centro de Arte Contemporáneo Baltasar Lobo. Y todo ello después de descartar otras opciones que, aunque válidas en su planteamiento, eran de muy costosa realización.
Si el Ayuntamiento invita a las otras instituciones a participar en el Patronato, ¿por qué no puede proponer a la Junta de Castilla y León la cesión del edificio del Consejo Consultivo y dedicarlo a Baltasar Lobo, a la vez que realiza las obras necesarias en el edificio del Ayuntamiento Viejo para su cesión a la Junta, pasando a ser la sede del Consejo Consultivo y Tribunal de Cuentas. Todo ello con el apoyo técnico y económico de la Diputación Provincial que también pasaría a formar parte activa del Patronato.
Imagine el lector un paseo desde la plaza Mayor hasta la Catedral con la instalación de varias esculturas de Lobo en lugares estratégicos. Llegar a la plaza de la Catedral y encontrar abierto este magnífico edificio con espacios suficientes para contemplar las esculturas, con salas de exposiciones dignas y espaciosas, con amplitud de espacios para talleres de formación, conservación y restauración, despachos, archivos, almacenes… Y todo ello en un edificio ya construido, sin costes para la ciudad.
Dar vida pública a estos dos edificios singulares, nos situaría entre las mejores ciudades en oferta cultural al unir este a otros proyectos que se están barajando (remodelación del entorno de la muralla, restauración del Puente de Piedra, que desde aquí aplaudimos). Todo ello con la consiguiente llegada del turismo cultural que es sin duda el que más beneficios económicos genera.
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