Europa envejece y las proyecciones de población de Eurostat, la agencia estadística europea, lo confirman. La edad media se elevará a 49,1 años entre 2019 y 2050, lo que supone una subida de cuatro años, si se mantienen las tendencias demográficas. Dentro de tres décadas, cuatro de las diez regiones europeas más envejecidas serán provincias españolas. Encabeza la lista Zamora, con 62,7 años. León ocupa el cuarto puesto (60,5); Asturias y Ourense (ambas con 59,1) se sitúan en el noveno y el décimo lugar. Según los datos del órgano estadístico, en este tiempo la población de 65 o más años que vive en los 31 países analizados (UE y Liechtenstein, Noruega, Suiza e Islandia) aumentará en más de 40 millones de personas: de 93 millones a 134,5 millones.
Los demógrafos consultados plantean dos cautelas con las proyecciones de población. La primera, que son una hipótesis. Es decir, que dibujan el escenario al que se llegará si se respetan las tendencias demográficas que Eurostat calculó a 1 de enero de 2019 respecto a tres variables: nacimientos, muertes e inmigración. Pero si alguna de estas cambia, el escenario puede variar. Esta es la segunda cautela: el estudio es anterior a la pandemia, que ha impactado duramente en todos los ámbitos de la sociedad, con picos de mortalidad, caídas de la fecundidad y de los movimientos migratorios. Por tanto, los datos para 2020 y para 2021 no se adecuarán a lo que prevé Eurostat y, en función de lo que dure la crisis económica y social, es posible que el impacto se alargue algunos años más. Pero, según Diego Ramiro, director del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a largo plazo las grandes tendencias se mantendrán. Y el órgano estadístico proyecta lo que sucederá en 30 años.
Estas tendencias son claras. Eurostat ha estudiado 1.216 regiones (en el caso de España son provincias) de 31 países. Casi nueve de cada 10 tendrán mayor edad media en 2050 que en 2019. No todas las áreas envejecerán a la misma velocidad. Se prevé que las poblaciones que envejezcan más rápido sean las ubicadas principalmente en la Europa oriental (países bálticos, Polonia, Eslovaquia, Rumania y Bulgaria) y el sur de Europa (Italia, España y Portugal). Para 160 regiones en las que se espera un rápido envejecimiento, el organismo proyecta un aumento de la edad media de al menos ocho años. En Zamora, por ejemplo, subirá en una década, al pasar de los 52,4 años de 2019 a 62,7 en 2050. Albert Esteve, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, considera que “hay una tormenta demográfica perfecta”. “Se trata de una población que ya está envejecida, donde viven pocos jóvenes, los que se quedan además tienen pocos hijos, y es un territorio que no recibe muchos inmigrantes”, explica. Por contra, Melilla, que se proyecta como la tercera región con menor edad media en 2050 (36,6), “tiene una alta fecundidad y mucha inmigración”.
El demógrafo explica que “la edad media crece porque no se rejuvenece la población. No se tienen suficientes niños y no llegan los suficientes inmigrantes [para bajar la edad media]”. Critica que se tengan menos hijos de los que se quieren, dado que la mayoría de los residentes en España desean dos niños, pero la media de hijos por mujer se sitúa en 1,24, según los últimos datos del INE, también anteriores a la pandemia, periodo en que la natalidad ha experimentado una nueva caída que se suma a años de bajadas. “No se tienen niños porque no se dan las condiciones a nivel laboral y económico, no porque no se quieran”, prosigue. Se va retrasando la edad, a veces hasta el punto de que cuando se quiere formar familia ya es demasiado tarde porque aparecen problemas de fertilidad.
No obstante, Esteve añade que, “aunque en España aumentaran ahora mucho los nacimientos, la edad media no subiría tanto porque las generaciones del baby boom, que están empezando a llegar a edades avanzadas, son muy numerosas. Como son muchos, pesan mucho”. Defiende que “la esperanza para parar el envejecimiento es que llegue inmigración”. Porque, según las proyecciones de Eurostat, que continúan incluso hasta 2100, las provincias de Zamora y de Ourense continuarían ese año entre las 10 más envejecidas del continente.
Ramiro, del CSIC, puntualiza que no se puede hablar de declive demográfico. “España, salvo el último año en que perdió un poco de población, tiene la población más grande que ha tenido hasta la fecha, 47 millones de habitantes”. Además, sostiene que no se puede hablar solo de envejecimiento, sino de la calidad de vida en edades avanzadas. Explica que no es lo mismo tener 60 años ahora que haberlos tenido hace 30. “Hay que tener en cuenta cómo se produce ese envejecimiento, si las personas llegan activas, con buena salud. Muchos países de la UE, de hecho, están retrasando la edad de jubilación, porque muchas personas llegan al final de su edad laboral con una salud que les permite seguir trabajando en buenas condiciones”, prosigue.
Pérdida de población
Dos tercios de las regiones perderán población en 2050 respecto a 2019. Son 802 áreas, frente a las 414 en las que se prevé que haya un aumento. Las regiones con mayor caída, porcentualmente, son las de la frontera este del continente, desde Finlandia, pasando por los países bálticos hasta Rumania y Bulgaria; Grecia y el sur de Italia, y Portugal y el noroeste de España.
“Los países del Este han tenido en los últimos años una migración al exterior, pierden población fundamentalmente joven, que migra a otras zonas de Europa. Esto hace que su envejecimiento sea más acelerado. Ocurre por ejemplo en Rumania, Letonia y Lituania”, expone Ramiro. Los propios movimientos migratorios aceleran el proceso de envejecimiento de las zonas emisoras. Algo que también sucede en la península Ibérica. “Se aprecia claramente en la frontera con Portugal, conocida como La Raya. En España, zonas como Madrid, Barcelona o la costa levantina crecen en detrimento de Castilla y León o Galicia”, explica. La España interior se desangra y un reguero de jóvenes lleva años migrando a regiones con mayores oportunidades laborales.
Pero las grandes áreas urbanas no solo ganan peso en detrimento de las rurales en España, sino que lo hacen en el conjunto del continente. Eurostat prevé que la población crezca en casi tres de cada cinco regiones urbanas y que disminuya en cuatro de cada cinco zonas rurales. En enero de 2019, el 40,2% de los ciudadanos vivían en regiones predominantemente urbanas, el 39,2% en áreas intermedias y el 20,6% en zonas rurales. Prácticamente todas las áreas rurales (335 de las 423) perderán población en 2050. Y en 19 países, las zonas urbanas aglutinarán a más gente aún en ese mismo año, un crecimiento que va del 2,3% de Croacia al 39% de Islandia. En España, la subida será del 11,9%. “Los jóvenes se están concentrando donde está la oferta económica, en las grandes ciudades o cerca de las grandes ciudades”, explica Esteve. Y así seguirá siendo, a juzgar por las proyecciones del órgano estadístico.
(Fuente: El País)
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